¿Qué es la educación emocional ?
Se enseña a los hijos/as buenos modales, a vestirse, a ducharse y a relacionarse con otros chicos/as, también se enseñan determinadas emociones. En el seno de la familia se desarrollan gran parte de los modelos de relaciones que los chicos y chicas repetirán a lo largo de su vida con otras personas.
Igual que se enseñan habilidades y modales también se pueden enseñar las emociones. Éstas están presentes toda nuestra vida, identificarlas nos ayudará a afrontar situaciones difíciles, a saber qué nos está pasando, gestionar nuestras emociones ante enfados o agresiones, así como aumentar nuestra motivación propia. Para ello es muy importante conocerse a uno mismo, saber por qué nos sentimos mal cuando alguien nos ignora o por qué nos sentimos tristes al ver a alguien llorar. Identificar estas emociones y cómo afectan a uno mismo ayuda a desarrollarlas de una forma más saludable, de hacer frente a ello sin estrés y desde un punto de vista más positivo.
Con unos sencillos consejos puede ayudar a mejorar la inteligencia emocional de su hijo/as.
1. Pregunte a su hijo/a por su día a día centrándose en cómo se ha sentido en determinadas situaciones. Puede aprovechar los momentos que estéis juntos para estrechar lazos con su hijo y al mismo tiempo que enseñas a identificar sus emociones, vinculadas a hechos concretos que le hacen sentir así. Puede aprovechar los paseos, los momentos de comidas o meriendas así como dar su opinión o decir cómo se sentiría usted en dicha situación.
2. Buscar soluciones o alternativas para gestionar emociones. Algunas emociones pueden causar mucha ansiedad o tristeza, planificar cómo le gustaría sentirse y qué podrías hacer para cambiarlo ayudará a modificar las situaciones que le hagan sentir mal.
3. Leer historias o cuentos. Se pueden leer historias o cuentos que tengan un especial contenido afectivo, haciendo pausas y preguntando a su hijo cómo cree que se sienten los distintos personales. Esto potenciará su empatía y su capacidad para comprender a los demás.
4. Mantenga una actitud positiva y evite juzgar en exceso. Cuando su hijo/a te está contando sus sentimientos, estos están siendo otorgados en confianza, por lo que no se pueden tomar como un asunto menor, ni juzgar de forma atacante. Mantenga una actitud abierta ante los problemas de su hijo, ayúdalo a sentirse mejor, para que se mantenga la confianza que va creciendo.
5. Escribir o dibujar sentimientos. Dependiendo de la edad se puede pedir a su hijo/a que dibuje a personas con determinadas emociones como alegría o enfados, en el caso de edades hasta 7-8 años, o pedir que dibuje lo que simboliza para él estar
contento o estar enfadado, en el caso de chicos más grandes o adolescentes. Elaborar estas imágenes, dibujos o relatos ayudan a expresar sentimientos, tener más claro cómo son esos sentimientos y cómo me siento yo con ellos.
Estos consejos son recomendables que se lleven a cabo a diario, al menos uno de ellos. Como toda educación, necesita de tiempo para que se aprenda, por lo que no funciona de nada es hacer estos ejercicios un día y no continuar, al igual que no sirve de nada salir a hacer deporte un día.
Referencias:
Bisquerra, R. (coord.) Educación emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower, 2011.
Flaubert, Gustave (2005). La educación sentimental. Literatura Random House.