¿Qué quiero ser de mayor? Perspectivas de Futuro

Esta es una pregunta que, seguro, nuestros hijos se hacen de vez en cuando, y para la que probablemente los padres tengamos muchas respuestas. Pero no tenemos que olvidar que la mejor respuesta solo la tiene él.

El trabajo es un eje importante en nuestra sociedad. Todo nuestro mundo se mantiene gracias al trabajo, conseguir dinero, utilizarlo… Es la manera que tenemos de intercambiar unos productos por otros, de llegar a un equilibrio, pero el trabajo es, al fin y al cabo, una obligación, así que será mejor elegir uno donde nos sintamos cómodos. El trabajo puede ser visto como un puente que permita conseguir nuestro objetivo más importante: ser feliz.

Como padres nos podemos preguntar “¿qué será mi hijo de mayor?”. Como padres siempre pensamos en lo mejor para nuestros hijos y esperamos que viva una vida llena de cosas buenas y emociones donde no les falte de nada y vivan felices. Estas ideas no son malas, pero son nuestras ideas. Es muy importante diferenciar nuestras expectativas de las de nuestros hijos y centrarse en qué es lo que ellos desean, ya que serán ellos quienes vivirán sus vidas.

Nuestro hijo o hija tiene un gran mundo que explorar, muchas profesiones que aprender y un sinfín de posibilidades que pensar. Seguir con el negocio familiar puede ser una opción, buscar un trabajo relacionado con dicha profesión también puede estar bien, seguir estudiando y llegar a ser médico, abogado, o ingeniero puede ser otra ruta. Es indudable que existen muchas rutas, y la mayoría son aceptables, no podemos pensar que solo es válida aquella que a nosotros nos gustaría. Cada opción exige diferentes esfuerzos y como padres, nuestro deber es ayudar a nuestro hijo o hija para que elija la profesión que desee sin presiones, apoyándole en su camino.

La escuela es la puerta de entrada a muchas posibilidades de conseguir el futuro que deseamos, sea ir a la universidad o crear un taller de mecánica o cualquier otra cosa. Para ello es imprescindible cursar una primera formación básica. Posteriormente, una vez alcanzado la edad necesaria y los cursos superados, podemos elegir entre, por ejemplo: seguir estudiando en la universidad o realizar unos estudios profesionales que te inserten directamente en el mercado laboral.

Los padres y madres pueden ayudar a que sus hijos tomen esta decisión mediante preguntas, aprovechando momentos de ocio familiar. Preguntas como “¿Qué te gustaría ser de mayor? ¿Dónde te gustaría trabajar? ¿Cuáles son tus aficiones favoritas? ¿Te gustaría trabajar de estas aficiones? Estas preguntas pueden orientar un poco a nuestro hijo/a pero solo de forma teórica. Es necesario que tomen una conciencia real de sus posibilidades (ej: es muy difícil ser astronauta), pero sin juzgarlos en exceso y apoyando sus ideas. Al fin y al cabo, son niños, sus ideas irán desarrollándose a medida que crezcan y sus expectativas serán más cercanas a la realidad.

El segundo paso será intentar acercar ese trabajo deseado a la realidad. Para ello podemos hacer uso de personas conocidas que desarrollen ese trabajo (primos, amigos, vecinos…) Del mismo modo, se pueden organizar visitas a las universidades cercanas a través de las escuelas, así como, visitas a empresas o fabricas que despierten el interés de los jóvenes.